Artículo: Premio VALORES de COPE al sector sanitario
Premio VALORES de COPE al sector sanitario
Ayer 18 de Noviembre de 2021, COPE Rioja nos premiaba al sector sanitario con el premio VALORES por nuestro labor durante la pandemia.
Una compañera y yo fuimos a recogerlo en nombre de todos los profesionales del sector sanitario que luchamos en esta batalla y quería compartir por aquí el texto que escribimos. Estamos muy agradecidas.
Cuando subimos al escenario a recoger el premio nos sentimos demasiado pequeñas para recoger algo tan grande. Cada trazo del premio, un precioso cuadro pintado a mano, lleva vuestra alma.
A todos los sanitarios, no sanitarios, profesionales que trabajan en hospitales y centros públicos y privados: personal de limpieza, de cocina, administrativos, transporte, alimentación, laboratorio, celadores, técnicos de rayos y de enfermería, enfermeras, médicos y un sinfín de personas que ayudaron en todo lo que pudieron.
Aquí os dejo el texto, espero que os guste:
“Mil gracias por este premio, para nuestra profesión significa un reconocimiento inmenso y nos sentimos muy agradecidas.
Fue una sorpresa enorme cuando nos sonó el teléfono y nos dieron la noticia. Poder tener este premio en nuestras manos nos emociona mucho y esperamos estar a la altura con nuestras palabras.
Para nosotras la pandemia se podría definir en tres palabras: miedo, agotamiento y, sobre todo, compañerismo.
Miedo, qué palabra. Cuando te enfrentas a ella termina desapareciendo y emergen las fuerzas. Algo así pasó.
Teníamos miedo, junto con todos vosotros.
Miedo a lo desconocido.
Miedo a la palabra pandemia. Miedo a la incertidumbre.
Miedo a un virus que paralizó el mundo y separó personas.
Miedo a no saber cómo actuar.
Miedo a no sentirnos preparadas.
Miedo a llegar a un lugar nuevo en medio de este caos.
Miedo a llegar a nuestra propia casa y llevar el virus.
O incluso miedo a que el siguiente paciente fuese un familiar.
Agotamiento. Físico y mental.
La carga de trabajo fue alta. Nos sobrepasaba. A eso se sumaba la parte emocional tan fuerte. Hubo un momento que tuvimos que asumir que no podíamos cuidar, sino ayudar a sobrevivir al máximo número de pacientes posible.
Lo recordamos como un hospital de campaña en una guerra sin tregua y nuestras manos eran lo único humano en esa situación. Y eso nos partía el corazón. Llegábamos a casa y soñábamos con todos esos pacientes que estaban luchando por su vida.
Y compañerismo. Porque la pandemia nos reafirmó que sin nuestras compañeras no somos nada, que el trabajo en equipo y la vocación son la clave de nuestra profesión.
Muchas llegábamos nuevas, como es mi caso. Y personas como Lucía, ahí estaban. Para ayudarnos en todo lo que estuviera en su mano.
La frase “necesitas algo”, “te ayudo a vestirte”, “entre todas podemos”, “tranquila, estoy aquí para lo que necesites”. Esas frases nos llegaban al alma.
Dentro de cada box o habitación covid éramos intocables, pero juntas todas demostramos ser invencibles.
Nunca una mirada entre compañeras había dicho tanto.
La palabra vencer ya no iba con nosotras, e intentábamos transmitirlo a nuestros pacientes.
Recuerdo que les cogíamos de las manos y les intentábamos transmitir el calor humano de esos familiares que no podían venir y de ese teléfono que no paraba de sonar.
La pandemia trajo momentos duros y otros preciosos. Pero juntos, en esta gran familia que es la sanidad, pudimos llevarlo de la mejor forma posible.
Aunque reconocemos que llegábamos a casa sin fuerzas.
Queremos agradecer en nombre de todo el personal sanitario este premio y se lo queremos dedicar a cada una de esas personas que lucharon hasta el final y hoy son estrellas en el cielo.
Todos los pacientes que pasan por nuestras manos son verdaderos valientes y dejan huella.
Ojalá, poniendo todos nuestro granito de arena en prevención, no sumar más historias tristes.
Agradecemos también a COPE por darnos voz cuando nadie podía vernos. Nuestro pequeño gran altavoz. Transmitía nuestra realidad, la veracidad de la situación y nos dejaba alentar a la población con palabras de esperanza.
Y millones de gracias a los ángeles de cada servicio y en especial al nuestro. Su apoyo diario y su gestión por que no nos faltase de nada nunca lo olvidaremos. Sus palabras siempre conseguían tranquilizar y calmar nuestros días caóticos. Transformaba nuestros días. Lo difícil lo hacía fácil. Y conseguía sacar lo mejor de nosotros en nuestros peores momentos. Mil gracias Pilar.
Y no nos olvidemos de la valiente que asumió una gran responsabilidad en un momento de caos, incertidumbre y remplazando a ese ángel que nos había robado el corazón a cada uno de nosotros. Gracias y bienvenida Lourdes.
La salud no entiende categorías, no hay clases, solo hay equipos.
Gracias a todos".
Llevaba tiempo queriendo abrir el blog dentro de la web, pero quería que fuese con un motivo especial ,y ayer lo fue.
Bienvenidos.
Cristina Ruiz.
Una compañera y yo fuimos a recogerlo en nombre de todos los profesionales del sector sanitario que luchamos en esta batalla y quería compartir por aquí el texto que escribimos. Estamos muy agradecidas.
Cuando subimos al escenario a recoger el premio nos sentimos demasiado pequeñas para recoger algo tan grande. Cada trazo del premio, un precioso cuadro pintado a mano, lleva vuestra alma.
A todos los sanitarios, no sanitarios, profesionales que trabajan en hospitales y centros públicos y privados: personal de limpieza, de cocina, administrativos, transporte, alimentación, laboratorio, celadores, técnicos de rayos y de enfermería, enfermeras, médicos y un sinfín de personas que ayudaron en todo lo que pudieron.
La salud no entiende de categorías, no hay clases, solo hay equipos. Gracias.
Aquí os dejo el texto, espero que os guste:
“Mil gracias por este premio, para nuestra profesión significa un reconocimiento inmenso y nos sentimos muy agradecidas.
Fue una sorpresa enorme cuando nos sonó el teléfono y nos dieron la noticia. Poder tener este premio en nuestras manos nos emociona mucho y esperamos estar a la altura con nuestras palabras.
Para nosotras la pandemia se podría definir en tres palabras: miedo, agotamiento y, sobre todo, compañerismo.
Miedo, qué palabra. Cuando te enfrentas a ella termina desapareciendo y emergen las fuerzas. Algo así pasó.
Teníamos miedo, junto con todos vosotros.
Miedo a lo desconocido.
Miedo a la palabra pandemia. Miedo a la incertidumbre.
Miedo a un virus que paralizó el mundo y separó personas.
Miedo a no saber cómo actuar.
Miedo a no sentirnos preparadas.
Miedo a llegar a un lugar nuevo en medio de este caos.
Miedo a llegar a nuestra propia casa y llevar el virus.
O incluso miedo a que el siguiente paciente fuese un familiar.
Agotamiento. Físico y mental.
La carga de trabajo fue alta. Nos sobrepasaba. A eso se sumaba la parte emocional tan fuerte. Hubo un momento que tuvimos que asumir que no podíamos cuidar, sino ayudar a sobrevivir al máximo número de pacientes posible.
Lo recordamos como un hospital de campaña en una guerra sin tregua y nuestras manos eran lo único humano en esa situación. Y eso nos partía el corazón. Llegábamos a casa y soñábamos con todos esos pacientes que estaban luchando por su vida.
Y compañerismo. Porque la pandemia nos reafirmó que sin nuestras compañeras no somos nada, que el trabajo en equipo y la vocación son la clave de nuestra profesión.
Muchas llegábamos nuevas, como es mi caso. Y personas como Lucía, ahí estaban. Para ayudarnos en todo lo que estuviera en su mano.
La frase “necesitas algo”, “te ayudo a vestirte”, “entre todas podemos”, “tranquila, estoy aquí para lo que necesites”. Esas frases nos llegaban al alma.
Dentro de cada box o habitación covid éramos intocables, pero juntas todas demostramos ser invencibles.
Nunca una mirada entre compañeras había dicho tanto.
La palabra vencer ya no iba con nosotras, e intentábamos transmitirlo a nuestros pacientes.
Recuerdo que les cogíamos de las manos y les intentábamos transmitir el calor humano de esos familiares que no podían venir y de ese teléfono que no paraba de sonar.
La pandemia trajo momentos duros y otros preciosos. Pero juntos, en esta gran familia que es la sanidad, pudimos llevarlo de la mejor forma posible.
Aunque reconocemos que llegábamos a casa sin fuerzas.
Queremos agradecer en nombre de todo el personal sanitario este premio y se lo queremos dedicar a cada una de esas personas que lucharon hasta el final y hoy son estrellas en el cielo.
Todos los pacientes que pasan por nuestras manos son verdaderos valientes y dejan huella.
Ojalá, poniendo todos nuestro granito de arena en prevención, no sumar más historias tristes.
Agradecemos también a COPE por darnos voz cuando nadie podía vernos. Nuestro pequeño gran altavoz. Transmitía nuestra realidad, la veracidad de la situación y nos dejaba alentar a la población con palabras de esperanza.
Y millones de gracias a los ángeles de cada servicio y en especial al nuestro. Su apoyo diario y su gestión por que no nos faltase de nada nunca lo olvidaremos. Sus palabras siempre conseguían tranquilizar y calmar nuestros días caóticos. Transformaba nuestros días. Lo difícil lo hacía fácil. Y conseguía sacar lo mejor de nosotros en nuestros peores momentos. Mil gracias Pilar.
Y no nos olvidemos de la valiente que asumió una gran responsabilidad en un momento de caos, incertidumbre y remplazando a ese ángel que nos había robado el corazón a cada uno de nosotros. Gracias y bienvenida Lourdes.
La salud no entiende categorías, no hay clases, solo hay equipos.
Gracias a todos".
Llevaba tiempo queriendo abrir el blog dentro de la web, pero quería que fuese con un motivo especial ,y ayer lo fue.
Bienvenidos.
Cristina Ruiz.